viernes, 17 de febrero de 2017

Dibujar, dibujar y dibujar


Hay muchas personas que disfrutarían un montón dibujando o pintando y no se deciden a hacerlo porque piensan que les saldría mal.

Parece que creen que cada vez que cojan en la mano un lápiz o un pincel deberían transmutarse en un Velázquez o una Sofonisba y si no consiguen una obra de arte como las que ellos conseguían, la tarea ya no merece la pena.

Pues no y no. Estamos muy equivocados si pensamos eso.

También estamos equivocados si pensamos que la primera vez que manejemos una técnica, ha de parecer que llevamos toda la vida haciéndolo.

Mirad este dibujo que os muestro hoy: me trajeron los Reyes una preciosa caja de pinturas de palo de mina blanda, una preciosidad de caja con unos colores maravillosos.

Hasta ese momento yo apenas había pintado con lápices de colores pero no me amilané. Al contrario, lo que vi fue una nueva forma de pasármelo bien y una posibilidad de desarrollar una nueva técnica.

El resultado de los primeros trabajos deja bastante que desear: si os fijáis en la frente de esta mujer, los colores no están muy bien ligados, se notan demasiado los pases de la mina, además, metí la pata con el papel que elegí como soporte: uno de grano excesivamente grueso pero... aprendí, quedé muy satisfecha y me lo pasé muy bien.

A la siguiente vez ya saldría mejor.

lunes, 6 de febrero de 2017

Composiciones espaciales. Homenaje a Malevich



Uno de los movimientos de vanguardia en el arte de principios del siglo XX fue el Suprematismo.

Surgió en Rusia junto con el Constructivismo y  es un arte basado en la abstracción geométrica que tiene como objetivo la búsqueda de lo “supremo”, de lo que ha sido despojado de todo lo que no es esencial y puro.

Uno de sus representantes más emblemáticos fue Kazimir Malévich, pintor ruso que evolucionó desde una pintura figurativa de estilo impresonista  hacia el cubismo primero y la abstracción después.
Fue reduciendo los elementos pictóricos al mínimo imprescindible: figuras planas o líneas sobre un plano en el cual parecen flotar y estar suspendidas.

Es muy interesante ese efecto de “flotar en el espacio”  de ser estáticas y a la vez dar la sensación de movimiento o al menos capacidad de movimiento.

Con esta pequeña serie de tres cuadritos que he enmarcado juntos sobre una tabla de color natural, he querido emular a Malevich, rendirle homenaje y expresarme como él nos enseñó a hacerlo pero a mi manera, claro.

Están realizados con acrílicos sobre tabla.


La técnica empleada fue la de pintar capa sobre capa, reservando espacios con cintas adhesivas.