martes, 20 de diciembre de 2016

Los atributos del color


Los colores tienen unos atributos, cualidades o características propias que son parte esencial de su naturaleza.

Esas características son tres:
  • El color propiamente dicho, llamado también matiz. Por ejemplo, el verde.
  • El valor, que está determinado por el grado de claridad u oscuridad. Por ejemplo, verde claro
  • La intensidad o grado de viveza o apagamiento. Por ejemplo, verde claro apagado.
Para identificar con exactitud un color, observamos estas características y decimos: "aquí pondré un amarillo muy claro pero bastante apagado".

Para aclarar un color, lo mezclamos con blanco o amarillo o con un color más claro que forme parte de él. También podemos conseguirlo diluyendo la pintura.
Hay que tener en cuenta, si empleamos el blanco, que el color quedará amortiguado. El rojo por ejemplo, se tornará rosa.

Para oscurecer un color, podemos hacerlo con negro pero ¡cuidado! el negro lo apaga y lo ensucia. Mejor hacerlo con uno de los colores oscuros del círculo cromático: azul o violeta.
Yo nunca uso el negro para oscurecer; odio ensuciar un color.
La mezcla con negro además, puede darnos colores diferentes: el naranja más negro se convertirá en marrón y el amarillo más negro, en verde.

Para conseguir un color vivo, lo usamos puro, sin mezcla, bien opaco o bien transparente o diluido.
Si queremos que parezca aún más vivo, lo colocamos al lado de su complementario, del blanco o del negro.
Para conseguir apagarlo, lo mezclamos con su complementario (su opuesto en el círculo cromático). Esta mezcla ha de ser en cantidades desiguales para que no se convierta en un negro sucio.

Es muy importante observar el grado de claridad y de intensidad para llegar a armonizar bien los colores de un cuadro.

El trabajo que muestro hoy es un estudio de esto que explico y de cómo la armonía entre los colores que componen un cuadro tiene mucho que ver con la utilización que se haga de estos conceptos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario