Homenaje a Juan Gris. Mujer sentada en la hierba

Mujer sentada en la hierba. Óleo sobre lienzo de 46x55cm

En la época de Juán Gris, la invención de la fotografía liberó a la pintura de la función que había tenido  a lo largo de los siglos: ser fiel reproductora de la realidad externa al pintor, “contar” sucesos, retratar a famosos…

Juán Gris comprendió que, liberado de esas ataduras, el arte plástico adquiría por sí mismo un papel creador  de nueva realidad.

Renunció a toda imitación ilusionista y concibió cada una de sus obras como un universo completo, un todo inmutable, independiente y libre.

No renunció a la figuración sino que la concilió con la construcción e inventó formas coloreadas que dotó de coherencia y vigor.

Convirtió esas formas y esos colores en pura poesía.

Yo ya sé que nunca lograré acercarme a Juan Gris pero sus enseñanzas han guiado mis pasos. El fue mi verdadero y primer gran maestro. Otros vinieron después.

A través de la ventana. Óleo sobre cartón

Éste es un tema bastante recurrente para mi pero explicaré por qué.

Yo vivía en Barcelona. A través de mi ventana entraban solamente ruido y algo de contaminación por lo que el uso que hacía de ella se limitaba a abrirla un ratito para ventilar el apartamento, 

De allí me vine a Santander y el impacto fue maravillosamente brutal: abres la ventana y el azul del cielo y del mar junto con algún despistado rayito de sol, te impactan de  lleno en la cara.

Todos esos colores, esas luces, esas sensaciones, penetrando por una simple ventana y transformándolo todo…

Óleo sobre cartón de 41x34cm  

Dibujo con tintas: Recipientes sobre una mesa

Dibujo realizado sobre papel satinado.
Tanto las líneas como las superficies pintadas  fueron hechas con diferentes plumillas de rotring.
Los colores utilizados, como puede observarse, fueron los tres primarios: rojo azul y amarillo más el negro.
Sencillo tanto de ejecución como de factura, un poco complejo en cuanto a composición y dibujo.

La máscara

Todos disponemos de varias: la alegre, la bonachona, la simpática, la segura, la fiel…Todas forman parte de nuestro yo.

Algunos, tardamos años en descubrir que en realidad no son máscaras sino manifestaciones puntuales de una personalidad fluctuante y diversa. Todas somos nosotros pero ninguna nos representa al completo.

Lo bueno es utilizarlas bien, cada una en su momento oportuno, siendo conscientes de que se trata solo de una pequeña parte de nuestra personalidad y que somos nosotros los directores de la representación, del teatro de nuestra vida.

El dibujo está realizado con lápices de colores sobre papel.

Cuando los lápices son de mina blanda como en este caso, queda bien un papel con algo de textura. Si las minas son duras, es preferible un papel liso o satinado pero ya sabemos que en este campo del dibujo y la pintura no hay ninguna norma rígida. Todo puede ser válido dependiendo de lo que queramos conseguir, incluso puede interesarnos combinar ambos tipos.

Palabras, palabras...Acrílico sobre tabla

Hoy traigo de nuevo un acrílico pintado sobre tablero de madera de 60x60cm.

Primero extendí sobre el tablero una capa de pintura acrílica blanca de un cierto espesor.

Luego añadí puñados de polvo de mármol de forma irregular, dejando que unas partes quedaran saturadas y otras casi limpias.

Mezclé el polvo de mármol y el acrílico con la ayuda de una espátula y lo aplané.

Dejé que se secara, cosa que llevó poco tiempo pues el acrílico seca enseguida.

Pinté la superficie con un tono amarillo naranja y cuando esta capa secó, pinté la parte superior con blanco roto procurando que la pintura quedara irregular y que el naranja aflorara en algunas partes para darle unidad cromática al cuadro..

Mi intención era conseguir un acabado imperfecto, rudo pero a la vez limpio y algo ordenado.

Por último, preparé pintura de diferentes tonos para las letras y los números.

Como era de esperar, ya que el soporte tenía textura, quedaron también algo desdibujados, toscos, unos apenas marcados (poca presión con el tampón), otros casi chorreando pintura.

El efecto buscado estaba conseguido: una mezcla de perfección e imperfección, de orden y desorden, de liso y rugoso, de suave y áspero.

Aunque aparentemente el cuadro es monocromático, lo cierto es que está pintado con los tres colores primarios. En todo el cuadro intervienen el amarillo y el blanco en mayor cantidad pero también el carmín y el azul en dosis más pequeñas.

El efecto conseguido siempre es más rico si mezclamos los tres primarios para conseguir un tono que si lo utilizamos directamente del bote comprado.

Difícil pero no imposible. Óleo sobre lienzo

Vuelvo a tener algún rato para dedicarlo a pintar. Hay muchos días en los que no dispongo de un minuto para ello y, es curioso, esos días me voy a la cama con la desagradable sensación de haber desaprovechado el tiempo, de haberlo desperdiciado.

Nunca he vendido un solo cuadro (regalado unos cuantos) ni tengo ninguna intención de llegar a hacerlo así que el "desperdicio" no va por ahí.
No pinto para lucrarme ni para hacerme un nombre o llegar a ser famosa. Es simplemente una necesidad vital igual que la comida diaria o el sueño reparador.

Tenía (y tengo) unos cuantos cuadros empezados, el de hoy uno de ellos, que esperaban solo los últimos toques.
Dada mi forma más usual de pintar al óleo, siempre tengo más de un cuadro iniciado ya que en la mayoría de los casos necesito que una capa de pintura se seque para pintar otra nueva sobre ella y ya sabemos que el óleo no seca tan deprisa como los acrílicos.

Además, como soy muy meticulosa con los colores (busco la armonía perfecta, la expresividad máxima del color) estoy a veces con un cuadro mucho tiempo. Lo dejo "aparcado" pero a la vista y lo analizo y modifico muchas veces.

Quien no entiende la pintura no figurativa piensa que se hace a la carrera, tal como sale al primer impulso pero ésto es cierto en unos casos y en otros no. Todo depende de lo que se busque...

Niña a punto de dejar de serlo. Dibujo con tintas y rotring

Una vez más os muestro un trabajo realizado con tintas y rotring.

Poco puedo decir de esta técnica que no haya contado ya, sólo que resulta muy agradable y relajante y yo la practico, a modo de meditación, para concentrarme y no pensar en otra cosa que no sea el suave movimiento de la plumilla sobre la lámina y la agradable sensación que produce ver como el dibujo va tomando cuerpo hasta convertirse en algo ajeno a ti, con vida propia.

Las líneas realizadas con tinta no admiten rectificación, de ahí que la concentración sea importante en este tipo de dibujos.

Está realizado sin esbozo de lápiz previo por lo que el resultado, si es aceptable, es doblemente satisfactorio.
El soporte es una lámina satinada, con apresto, para que la línea se mantenga nítida y no se emborrone.
Utilicé tintas de tres colores: negra, azul y amarilla sin diluir.